viernes, 30 de diciembre de 2022

Nenes con complejo de inferioridad

"Nenes que juegan a ser militares" quizás sea la definición más clara. O complejo de inferioridad, que es una explicación más contundente a la incapacidad de gestionar recursos de forma adecuada y sin caer en prácticas despóticas.

Influas de superioridad

En ocasiones hay personas que piensan que por haber tenido un rito iniciático distinto de otros no deben hacer ciertas cuestiones comunes a todos. Piensan que cuentan con privilegios, cómo si de aristocracia se tratare, pobre gente, en su cuna azul, luego no comprenden porqué terminan siendo tan miserables y luego de la fantasía laboral nadie la da ni la hora.

Democracia

La democracia es un sistema en el cual la soberanía reside en todas las personas. Esto no sucede en instituciones que se auto-definen "verticalistas y no dialoguistas". Lo cual es un absurdo, porque si son instituciones de la república no tienen forma alguna de no reconocer el sistema democrático (amén de que en sus propios considerandos así se manifiestan).

lunes, 26 de diciembre de 2022

Verdades incómodas

  1. Las áreas se arman y desarman según necesidad (necesidad de ubicar a alguien o para que alguien deba algún favor).
  2. La designación en áreas no sigue ningún criterio objetivo, planificable ni predecible (ídem punto anterior).
  3. El personal es manejado cómo esclavos donde se "compra y vende", la opinión del personal nunca es valorada.
  4. Lo que hace el área es ciertamente indistinto, mientras se pueda justificar su existencia se contará con diversos items (léase dinero, recursos).
  5. Los logros se dibujan, la realidad no suele coincidir con lo que figura en los papeles. La comparación y contrastación suele ser imposible.
  6. Los premios se designan cuasi endogámicamente y obviamente a dedo (cómo las designaciones).
  7. Las capacitaciones suelen ser más para vender las áreas que otra cosa, lo técnico es lo de menos.
  8. Los reconocimientos no siguen un criterio homogéneo, sino quién "primerea" es el que lo gana.
  9. Nadie lee lo que se firma.
  10. La arbitrariedad es la norma.
     

domingo, 25 de diciembre de 2022

Flexibilidad rígida

La cosa funciona así, si venís unos minutos tarde se te apercibe. Pero si por cualquier razón te piden algo fuera de tu horario laboral tenés que responder sí o sí. Así funciona la ley del gallinero, donde el liderazgo no se da por la autoridad del respeto sino por la mediocre actitud patotera de "la tengo más larga que vos".

lunes, 19 de diciembre de 2022

"Nunca tuve esto"

Una persona ya pasados de años a poco de irse, me dijo una vez que me lo cruce y me quede charlando cuando fui a comer: "Nunca tuve esto". A lo que le pregunto "¿qué?", "lo que acabas de hacer" me dice.

No entendía muy bien a lo que se refería, a lo que le vuelvo a preguntar, "perdón, pero no entiendo ¿a qué te referís?", y me responde lo que fue quizás una de las mayores expresiones de resignación: "me acabas de preguntarme qué me gusta hacer en el trabajo, que me apasiona. Nunca tuve alguien que me preguntara eso en el trabajo"

Me quede pensando, y le dije, "¿pero algún jefe?", "menos algún jefe." me respondió.

Esclavismo

El lenguaje que se utiliza sobre el personal es el usado en las épocas de antaño. Donde no había personas sino esclavos.

Pues se habla de "permuta", cuando dos jefes se ponen de acuerdo para cambiar personal.

En dicho caso el personal que algún jefe quiere "liberar" se lo denomina "prescindible" (cómo si de una cosa se tratare), y el que se "trae" se lo denomina a quién se "entrega".

Se desconoce cuestiones elementales cómo el desarrollo de la personalidad, la autodeterminación en la carrera profesional y la selección por parte del propio personal de su desarrollo en la institución.

El rol de conducción realizado por los jefes plantea más bien un manejo arbitrario y autoritario, donde estos se ponen de acuerdo a quién tener y a quién sacar.

Una vez ya realizado "el pase" o "cambio de destino" (es decir lo que se denomina cambio de lugar de trabajo o ius variandi) el personal puede mediante infructuosos solicitudes realizar una queja, la cual no cuenta de absoluto nivel de garantía, menos que menos un índice de efectividad. Pues el criterio del personal no es reconocido.

El consenso es solamente entre los jefes, no se requiere un consenso entre el personal. Así pues el menosprecio es notorio.

Menosprecio

El menosprecio al personal suele manifestarse de múltiples formas, pero quizás la más evidente es la propia reglamentación. Pues si el personal no está conforme con su superior, el único mecanismo para dejar de trabajar con este es enviándole una nota a este para "solicitarle" que "sea liberado" (cual lenguaje esclavista), donde siempre se fundamenta en "razones personales".

¿Que otra cosa se podría argumentar si éste es quién puede o no autorizar "ser liberado"? 

Formalismos que lo único que revalidan es un poder sin autoridad, y una autovalidación de mediocridad, donde las críticas reales no existen.

domingo, 18 de diciembre de 2022

Apercibimientos

Federico Gutierrez bien escribió "es la disciplina del mendrugo, de la pobreza de espíritu, del miedo ratonil. No sabe sinó marcar el paso y arrestar, por cualquier tontería, á los vigilantes.", así pues poner sanciones, aunque sea apercibimiento es la forma más ruin de demostrar poder (porque autoridad se carece).

Tanta incapacidad de liderazgo se ve que hasta se usa exactamente el mismo escrito, solo modificando los nombres. Cuestión de que su impugnación sea meramente en un paso.

Pero cómo en la ley del gallinero son todos sordos, no vale la pena gastar pólvora en chimango. Luego se quejan de que no salen las cosas, pues tal vez se deba detectar las causas.

martes, 13 de diciembre de 2022

Mi plan no es tu plan

La planificación centralizada, cómo máxima expresión de autoritarismo donde la opinión del resto carece de valor, se vio en la historia de la humanidad cómo los sucesos más trágicos. Tal es el caso de los gobiernos totalitarios o autocráticos en los cuales una persona o un grupo reducido de personas planificaban el destino del resto.

Este esquema que teóricamente parece una maravilla (claro, siempre que uno sea el que detenta el poder), nunca dio resultados fructíferos por una simple razón: la fatal arrogancia.

Esa arrogancia implica asumir que se conoce todos las necesidades, deseos, aptitudes, capacidades y proyecciones en el desarrollo personal/profesional/cultural/social de los individuos. Claramente algo imposible.

En consecuencia las sociedades avanzadas implican generar las condiciones propicias para que los individuos tomen sus propias decisiones, asumiendo riesgos, considerando incentivos y desincentivo. ¿Te gustaría asumir un cargo con mayores compromisos? Pues te puedes postular siempre que cumplas los requisitos para el mismo. ¿Quieres planificar en dentro de unos años cambiar a algún área específica? Pues puedes ir preparándote haciendo los cursos que te resultan de interés.

Mecanismos que generen limitaciones artificiales, sin fundamento real más allá de cuestiones meramente doctrinarias, cómo edadismo, estatura, credencialismo o ritos iniciáticos, solo buscan justificar preselecciones definidas, pero nada hablan del único criterio reconocido en nuestra constitución. En fin no más que un exceso ritual manifiesto.

Este reconocimiento de los individuos como seres autónomos que comparten los objetivos dentro de un grupo social determinado es definido en la declaración universal de los DDHH al establecer el "desarrollar libre y plenamente [de] su personalidad", a su vez afirma "la libre elección de su trabajo", también "acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país" cómo también el artículo 16 de la Constitución Nacional Argentina por el criterio de Idoneidad.

La designación arbitraria, sin fundamentación, rúbrica, ni ponderación contrastable, verificable y auditable. Lo único que genera es un gran manto de sospecha sobre un sistema que solo quedó en los libros de historias: la aristocracia medieval.

El desarrollo cómo sociedad, amen de cualquier argumentación falaz tales cómo "doctrina" o "idiosincrasia" [de la propia cofradía] o la antigüedad [pensamiento medieval] no superan el mínimo análisis de falacias lógicas ni de sesgos cognitivos.

El miedo a una competencia libre sea tal vez la razón por la cual todo se maneja desde el misticismo y la sumisión

La conveniencia, transigencia y el "saltearse la fila" esta a flor de piel, pero el real sentido de pertenencia y confianza en instituciones sólidas donde se confía en las normas racionales y aplicadas con criterio, y no se es genuflexo a quién tiene el dedo (propio de un sistema dedocrático), sea quizás las razones por las cuales no hay una competencia y menos una meritocracia.

Pero lo más destacado quizás de los DDHH es "La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público", mientras se sigan ignorando y desvalorizando las necesidades de los individuos, las autoridades seguirán perdiendo legitimidad (por más legalidad que cuenten).

La mediocridad transforma a las instituciones y a sus miembros en organizaciones cada vez menos legitimadas. Pues ya casi, ni sus propios miembros las respetan al ver tantos mantos de sospecha.

Y mientras se mantengan las frases "si no te gusta te podes ir", solo se genera más mediocridad, más genuflexión y más falta de legitimidad en las instituciones (aunque claro, dentro del loquero -cofradía- los locos son los de afuera).

Gato sonriendo arriba de una árbol (o porqué no importa la dirección si no se tiene en cuenta el discernimiento, intención ni libertad)

"- ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
- Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar – dijo el Gato.
- No me importa mucho el sitio... – dijo Alicia.
- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes – dijo el Gato."


En el solitario camino de Alicia, en el país de las maravillas, se encuentra en medio de su camino con un gato que plácidamente descansa en un árbol. Arriba con una visibilidad del bosque, el gato sonriente, ve a la perdida Alicia, e intenta orientala. Pero la falta de preguntas adecuadas hace que todo sea en vano.

Alicia había venido de seguir a un conejo blanco que lo único que hacía era mirar su reloj. Lo que no esperaba que su destino iba a ser una merienda de locos, o de perros jugando al poker, o en última instancia al "juicio" de la Reina de Corazones, donde fue el propio conejo blanco quién oficiaba de heraldo de la corte.

El caótico camino de Alicia fue alertado por Cheshire, el gato, quién le marcó la importancia de su deseo sobre el camino a tomar. Pero Alicia, ya sea por el contexto u ofuscación, no lo escuchó con atención.

La voluntad de Alicia, cómo facultad de decidir y ordenar su propia conducta, inicialmente fue motivada por la curiosidad, pero con el correr del tiempo se encontró con una Reina de Corazones muy parecida a Agatha Trunchbull de la película Matilda.

En 1907 Federico A. Gutiérrez escribió lo que al día de hoy representa una imagen sin muchos cambios, lastimosamente sus observaciones llegaron a oídos sordos.

Cheshire seguirá sonriendo (mucho más no puede hacer). Pues la entelequia abstracta que toma decisiones por Alicia no es más que un conjunto de cartas que se desmorona como una casa de naipes cuando Alicia se despierta de su caótico sueño, o cuando vuelve a su casa luego de una sin-sentida jornada laboral.

Apresto

El abuso de la figura de "estado X" hace que se carezcan de horarios fijos laborales, lo que se traduce en una falta de descanso a...