El lenguaje que se utiliza sobre el personal es el usado en las épocas de antaño. Donde no había personas sino esclavos.
Pues se habla de "permuta", cuando dos jefes se ponen de acuerdo para cambiar personal.
En dicho caso el personal que algún jefe quiere "liberar" se lo denomina "prescindible" (cómo si de una cosa se tratare), y el que se "trae" se lo denomina a quién se "entrega".
Se desconoce cuestiones elementales cómo el desarrollo de la personalidad, la autodeterminación en la carrera profesional y la selección por parte del propio personal de su desarrollo en la institución.
El rol de conducción realizado por los jefes plantea más bien un manejo arbitrario y autoritario, donde estos se ponen de acuerdo a quién tener y a quién sacar.
Una vez ya realizado "el pase" o "cambio de destino" (es decir lo que se denomina cambio de lugar de trabajo o ius variandi) el personal puede mediante infructuosos solicitudes realizar una queja, la cual no cuenta de absoluto nivel de garantía, menos que menos un índice de efectividad. Pues el criterio del personal no es reconocido.
El consenso es solamente entre los jefes, no se requiere un consenso entre el personal. Así pues el menosprecio es notorio.
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