Dado que no existen los roles ni funciones, y por tanto no existen las responsabilidades en los hechos (en general se sanciona sin criterio objetivo más allá del deseo personalísimo de algún nene caprichoso), todo se trata de "toma y daca".
Dado que tampoco hay costo, y todo tiende a la mediocridad, si uno requiere algo no le queda otra que buscar la forma que otro le deba un favor. El caldo de cultivo perfecto para la desidia generalizada potenciado con la generación de problemas a propósito y las mentiras por doquier.
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